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Malos hábitos orales

Actualizado: 27 jun 2021

Los hábitos son una costumbre o práctica adquirida por la repetición frecuente de un mismo acto.  Inicialmente se realiza de forma consciente pero luego se vuelve un acto inconsciente, como lo es la respiración nasal, masticación, fonoarticulación y deglución, considerados fisiológicos o funcionales. Sin embargo, y en relación a lo anterior, también existen aquellos no fisiológicos como por ejemplo: la succión del dedo, chupete, mamadera u otro objeto, respiración bucal, interposición lingual, etc.


En el caso de adquirir un mal hábito, este puede alterar el normal desarrollo de la boca, labios, dientes, entre otros, provocando una deformación o afectando la función de alguna de las estructuras de la cavidad oral. Lo anterior, debido a que existe un desequilibrio entre las fuerzas musculares externas y las internas, el cual se produce cuando una de las fuerzas no ejerce su presión normal o cuando se añaden fuerzas que normalmente no están presentes (presión de dedo). Es más frecuente verlo en niños, ya que sus estructuras óseas son más moldeables que las de los adultos.

El grado de alteración dependerá del tiempo, frecuencia y edad. En relación al tiempo, hace relación a los minutos u horas que dura el mal hábito. La frecuencia al número de veces al día que lo realiza, y finalmente la edad en que se inicia, ya que mientras antes comience el mal hábito, mayor es el daño que se produce porque el hueso está formándose y por ende es más moldeable.


Algunos ejemplos de malos hábitos orales son:

  1. Succión de mamadera: Utilizar hasta máximo hasta los 2 años, ya que impide una adecuada posición lingual. No reemplace la mamadera con bombillas o vasos con boquilla, ya que producen el mismo efecto.

  2. Succión de dedo: Se debe diferenciar si el niño/a está descubriendo (exploración del propio cuerpo) o le produce placer (quitar hábito). Se debe cambiar el estímulo por otra alternativa.

  3. Succión de chupete: Se debe utilizar en los bebés solo para calmarlos, no para generar placer. No mantener más allá de los 2 años, ya que impide la adecuada posición de la lengua, pudiendo alterar el desarrollo de músculos, huesos y dientes.

  4. Succión de labio

  5. Succión de objetos

  6. Onicofagia (hábito de comerse las uñas)

Algunas consecuencias de los malos hábitos orales son: lengua descendida, deglución atípica, problemas articulatorios, mordida abierta, paladar alto, labio superior o inferior hipotónico, mordida cruzada, incisivos superiores protruidos, alteraciones en el dedo, entre otras.




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