La leche materna es un fluido bioactivo extremadamente complejo producido por la glándula mamaria, es natural y renovable. Está constituido por nutrientes, sustancias inmunológicas, hormonas, enzimas y factores de crecimiento. La composición de la leche materna va cambiando según las necesidades específicas de cada niño/a a medida que va creciendo.
Se recomienda lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de edad, y lactancia materna con alimentación complementaria al menos hasta los 2 años de edad, debido a todos los beneficios que aporta. En algunas situaciones, madres refieren ausencia o baja producción de leche, por lo que es relevante mencionar que entre más succiones realice el niño más leche producirá la madre.
La lactancia materna tiene múltiples beneficios, tanto para la madre, el lactante, familia, medio ambiente y sociedad. Algunos de los beneficios son los siguientes:
Disminuye el riesgo de infecciones gastrointestinales en el lactante.
Previene enfermedad crónicas como obesidad, hipertensión, dislipidemia y diabetes tipo ll en el lactante.
Disminuye el riesgo de rinitis alérgica si consume lactancia materna exclusiva por mínimo 4 meses.
Mejora el coeficiente intelectual en el niño/a.
Disminuye el riesgo de muerte súbita.
Reduce el riesgo de depresión post parto.
Reduce el riesgo de cáncer de mama y de ovarios en la madre.
Disminuye el riesgo de alteraciones cardiovasculares en la madre, como por ejemplo hipertensión y dislipidemia.
Reducción del gasto por uso de fórmulas.
Disminuye el gasto asociado a tratamiento de enfermedades crónicas u hospitalizaciones.
La manufactura de fórmula láctea deja una huella de carbono (material, empaque, transporte, combustible detergentes).
Para lograr un correcto acople al pecho, se debe observar la postura, posición de los labios y lengua del lactante, además de la postura de la madre y factores ambientales.
Postura: Cabeza se debe ubicar a la altura del pecho materno, en línea media, con la cara de frente al pecho y la boca a la altura del complejo pezón-areola.
Posición de los labios: Estos se deben encontrar totalmente evertidos, adosados alrededor dela areola, nariz con mentón en contacto con el pecho materno. Además, se debe observar cierre hermético.
Posición de la lengua: Inicialmente se debe encontrar adelantada, apoyada en la encía y labio inferior, y descendida en forma de “canaleta” para acomodar pezón.
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