Una gran cantidad de padres, madres y cuidadores se preguntan cómo poder potenciar el desarrollo de sus hijos cuando estos son pequeños. Para ello se han creado programas de estimulación temprana, los cuales le entregan herramientas a los padres y actividades para que los niños logren un óptimo cuidado y desarrollo.
Se podría definir estimulación temprana como toda aquella actividad, juego o contacto que se realiza de forma sistémica y secuencial con los bebés o niños/as durante sus primeros años de vida, es decir, desde que nacen hasta los 6 años aproximadamente, con el objetivo de desarrollar al máximo sus capacidades sociales, emocionales, movimiento, coordinación y lenguaje. Se debe considerar su propio ritmo de desarrollo y características individuales.
Está enfocada en estimular a los niños de manera oportuna, sin intentar precipitarlos en su desarrollo natural con actividades más complejas o forzando a realizar actividad o ejercicios, ni buscar a niños superdotados, sino más bien ofrecerles condiciones favorables para su desarrollo integral. Permite a su vez evitar estados no deseados en el desarrollo, como niños en riesgo o déficit en el desarrollo psicomotor.
Las áreas de estimulación son las siguientes:
- Área psicomotriz: comprende los movimientos más finos y los gruesos, como cambios en la posición del cuerpo, mantención del equilibrio y coordinación entre las partes del cuerpo.
- Área cognitiva: desarrollo intelectual. Se le debe brindar las oportunidades para que a través de las experiencias pueda manipular, explorar, elegir, construir, clasificar, entre otras cosas.
- Área socioafectiva: determinar las habilidades que el niño/a posee, para atender a las necesidades básicas de su persona y a las habilidades que le permitan relacionarse con un otro.
- Área del lenguaje: desarrollo de habilidades de expresión verbal, no verbal y de comunicación que le permite al niño/a la expresión de sus emociones, necesidades y conexión con el mundo que lo rodea.
¿Por qué es importante la estimulación temprana?
Los primeros años de vida son considerados uno de los periodos más importantes y significativos en el desarrollo y formación de las personas, ya que es cuando los niños/as aprenden del mundo que los rodea, siendo fundamentales en su capacidad de aprendizaje. El tamaño del cerebro de los niños se triplica en los dos primeros años de vida, estableciéndose una gran cantidad de redes neuronales, alcanzando casi su madurez a los 6 años aproximadamente. Este desarrollo dependerá mucho de la estimulación que el niño/a reciba por parte de sus cuidadores y entorno. Si un niño recibe poca estimulación durante sus primeros años de vida tiene más riesgo de presentar posteriormente dificultades sociales, de aprendizaje, rendimiento escolar, comunicativas, entre otras.
Córdova Miranda, V. R., Barbito, S., & Cruz, V. (2005). Técnicas de estimulación temprana.
Chang, A. (2014). Buenas Prácticas de Estimulación Temprana para el Desarrollo Infantil.
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