En todas las culturas y desde siempre, la música forma parte de la vida, pues es un lenguaje que poseemos todos sin haberlo estudiado nunca. Este lenguaje está al alcance de todos y nos sirve para expresarnos y para comunicarnos (Vaillancourt, 2009). La influencia de la música puede extenderse sobre muchas áreas de las funciones humanas, desde las fisiológicas hasta el bienestar psicológico y la calidad de vida.
El uso de la música es considerado un método de aprendizaje, puesto que beneficia el aprendizaje de información. Por ejemplo a través de la memorización de canciones, cantos y poemas, que permiten interiorizar contenidos y detalles a través de las rimas, el ritmo y la melodía. Además, aumenta la creatividad y establece un estado focalizado de alta concentración en que los conocimientos son procesados y aprendidos a gran velocidad. Otro beneficio es ejercido sobre el ambiente de aprendizaje, puesto que incrementa la participación del estudiante y ayuda a desarrollar un sentido de comunidad y cooperación. Estudios confirman que la música puede aumentar la creatividad y la reflexión de los estudiantes (Olson, 2009).
La música despierta y estimula áreas cerebrales que están asociadas a altas formas de inteligencia, tales como el pensamiento abstracto, las matemáticas y las ciencias. Cuando los niños son expuestos a la música en actividades educacionales las vías neurales son construidas en ambos hemisferios del cerebro, lo que estimula el funcionamiento cognitivo. De este modo, los niños pueden escuchar una canción (auditivo), aplaudir o mover los pies al ritmo de una canción (motor), cantar la letra de la canción (verbal), y aprendiendo el contenido de esta (memoria) todo al mismo tiempo (Olson, 2009).
El uso de la música juega un papel muy importante en el desarrollo de los niños, permitiéndoles entender, explorar y disfrutar de su entorno. Favorece el aprendizaje de niños, puesto que ofrece una placentera y provechosa experiencia de aprendizaje, alimenta la imaginación y la creatividad. (López A.C., 2014).
Se plantea que la música podría ayudar en el desarrollo de algunas habilidades importantes para la adquisición de competencias verbales, como las habilidades de escuchar y recordar con atención, el pasar sonidos a símbolos, tener control sobre la prosodia de la voz, etc. (Llamas, 2011).
Existen algunos estudios que describen los beneficios de la música en niños.
Pineda y Pérez (2011) confirman los beneficios del uso de la musicoterapia en el lenguaje, aprendizaje, habilidades motoras y sociabilización en niños con Síndrome de Down.
Según Corrêa y Guedelga (2009), es un instrumento que facilita la interacción con personas de su entorno, facilitando la comunicación y la expresión de los sentimientos en niños con autismo.
Existe una mejoría en la interacción social, rendimiento escolar, concentración, autoestima y una disminución de la frustración y resistencia y en el uso de medicamentos en niños con TDAH (Vales, et al., 2011).
Existen muchos programas de música infantil, como es el Cantando Aprendo a Hablar, Mazapán, el Perro Chocolo, Baby TV, entre otros, que podrían ser beneficiosos para estimular el lenguaje de los niños en edades tempranas. En el caso del Cantando Aprendo a Hablar, el objetivo del programa es ayudar al desarrollo de habilidades lingüísticas y auditivas de los niños en periodo de adquisición del lenguaje.
Es debido a todo lo anterior, que te recomendamos que utilices esta estrategia para estimular el lenguaje de tu hijo/a, lo cual puedes realizar con canciones de los grupos antes mencionados o inclusive creadas por ti. De esta manera podrás trabajar reconocimiento o nominación de partes del cuerpo, colores, animales, seguimiento de instrucciones, dífonos vocálicos Ej: /au/, dífonos consonánticos (Ej:/pl/), entre muchas otras cosas. Recuerda siempre resaltar con tu voz las palabras que quieras destacar, utilizando una prosodia adecuada y acompañado con movimientos o gestos, antes del video propiamente tal.